Hoy se conmemora un año más de la independencia de Cuba, pero es importante señalar que nuestra independencia nació
mediatizada con la llamada Enmienda Platt o tratado de Bases Navales y Carboneras, como es su nombre legítimo, el endilgado
de Platt obedece al senador que introdujo la ley.
Es
importante señalar que aquella generación que después de decenios logro la independencia se opusieron tajantemente a dicha
enmienda, la consideraron como lo que era una afrenta a nuestra soberanía, personalidades de la talla de Calixto García Iñiguez,
Máximo Gómez, Bartolomé Masso, por citar solo algunos hicieron publica y evidente su protesta, pero así nació nuestra republica.
Por
ello sufrimos a posteriori del mandato de Estrada Palma, quién inauguro la republica y quiso prorrogar su mandato una segunda
intervención norteamericana. Esto caldeo más los ánimos antiplatistas existentes.
Corrieron
las presidencias de generales y doctores, y fue creándose una nueva generación, una generación que se conoce como la de los
convulsos anos veinte que no tenia ningún tipo de compromiso político o familiar con los gobernantes de turno y estos eran
profundamente antiplatistas (léase bien, el termino no implica antiimperialista, ya que esta seria otra corriente desarrollada
en Cuba y cuyo punto máximo fue en los años treinta).
Dirigidos por un patricio cubano, no hay otra forma de describirlo, el señor Enrique José Varona, profesor universitario,
poliglota y antiplatista hasta los tuétanos se núcleo lo mejor de la juventud universitaria de aquellos anos y lucharon por
vías civilizadas y contemporáneas por la derogación de la enmienda. Luego de arduas conversaciones esta fue derogada en 1924
a través de lo que se conoce históricamente como Tratado Hay-Quesada, (nombres de ambos firmantes).
Por
medio de esta quedo sin efecto la posibilidad de intervenciones militares a la Isla, se devolvió Isla de Pinos completamente
ya que esta se consideraba una base militar, así como la base de San Antonio de los Baños.
Solo
quedo como alquiler la Base de Guantánamo, por un periodo de 99 años, prorrogable cada vez que el gobierno de USA lo desee,
así es el termino del acuerdo, es por ello que el gobierno de Castro no ha podido obtener ese pedazo de tierra, que en su
tiempo fue una importante base militar para USA y hoy es mas gasto lo que genera que beneficios, pero acorde a las relaciones
Cuba-USA se ve prácticamente imposible una devolución en estos momentos.
He
tomado mi tiempo para hacer todo este comentario porque me sorprendió hace meses el desconocimiento palmario que existe sobre
este capitulo de la historia cubana, y como se ha ignorado la labor paciente, civilista y pacifica que desarrollo el patriarca
Enrique José Varona, algo muy digno de imitar en la política internacional de nuestros días.
Profesor Carlos Pereda
Martínez.